miércoles, 29 de enero de 2014

Y en tus ojos el mundo



Se desbordaban las bondades;
paraísos terrenales nos rodeaban
afilando la agudeza del amanecer,
porque la dicha era inmensa,
era tu virtud y mi impaciencia.

Las criaturas nacieron de tus manos,
obligadas a obedecer tus sentidos,
una mirada doblaba las voluntades
y un chasquido reformaba alacranes.

Era la creación presa de un beso,
en un instante, de sentimientos bellos
se cubrieron los desiertos cálidos,
y los fríos, escarcharon las ciudades
donde el hombre, de tu sien se vició.

En mi mundo, en un instante confuso,
redimiste el instinto y la vanidad.
Y en el ayer de los meses que pasaron
tu recuerdo desprendió la eternidad.

El amor brotó de mi pecho
y en tus ojos el mundo desapareció.

Jorge López García.
"El Malevólico"




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