domingo, 2 de febrero de 2014

Comencé por dos palabras...



Me gustas,
y los jardines
del alma reverdecieron.

Se alzaron obeliscos
con su rostro en filigrana,
haciendo majestuoso el jubilo
que mi respiración sostiene agitada.

Donde las esperanzas
tristes y opacas aguardan,
brotes de virtud y pureza cristalina
se desbordan y mojan las baldosas enmohecidas.

Pecesillos multicolores,
en cardumen sobresaltado,
abarrotan las orillas del estanque;
aquel lugar bajo la sombra de tus labios.

Nos bastaron las miradas
y se apresuraron los corazones,
el temor y la incertidumbre desaparecieron
porque nuestra historia comenzó con dos palabras:

Te quiero.

Jorge López García.
"El Malevólico"



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