Como en las calles de la ciudad perdida, lo mío no tiene dueño, no tiene voz ni rostro. Soy ausencia ocupando espacio, aire y huella; justificando el tiempo e hilvanando las buenas acciones que comprarán satisfacción y esperanza a los creyentes. Estoy en las orillas del olvido, dormitando bajo el periódico del día pasado. Hombre, papel y tinta, abandonados.
Jorge López García.
"El Malevólico"
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