jueves, 6 de febrero de 2014

Como dos extraños


¿De qué te olvidas? La mano estuvo cuando la necesitaste; la voz cuando tus gritos ensordecían los míos, y el desvelo propio a tu servicio. Me llamaste compañero, hermano, amigo... amor. Caminé a tu lado, fui el tapete de tus rodillas raspadas, la sobriedad de tus desvarios. ¿De qué te asombras? Algún día todo iba a terminar. Los caminos se separan y las gaviotas se cansan de volar juntas; muere la risa y el atardecer consume los rayos de luz. Hoy el pasado se extinguió y tus manos se apartaron de las mías. ¿Por qué lloras? Habrá una nueva mañana y una nueva voz que te necesite y que te procure. Todo termina; aún el tiempo tiene sus días contados, porque no hay principio sin fin. Este día sólo te tienes a ti, mañana no existes y por mi parte, en el ayer me perdí.

¿De quién necesitas?


Jorge López García.
  "El Malevólico"



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